Mis Raíces y Yo
Por Juan Fernández
No seré esclavo de un musitado pasado que limita
y hace tiempo he aceptado y respetado como mío,
la herencia noble de mi sangre no me avergüenza,
mis orgullos, mis errores, todos míos.
No permitiré, nunca, que pies mórbidos
pisoteen el porqué de mi impetuosa existencia y mi saber.
Las hojas anaranjadas, viejas y secas de mi árbol
no han caído por rechazo, olvido, ni descuido,
son la forma que cultivo mi razón de ser.
Quizás tengan sus árboles frondosos y copiosos
más tiempo en el jardín del patio de mi bohío,
y al censarme tenga más de una clasificación,
pero no permitiré que traten de evitar mi lengua,
ni que la sombra de mi árbol genealógico me cobije.
Soy hijo orgulloso de la güira, el acordeón y la tambora,
roseado en un merengue con ron de caña y limón.
Soy esperanza, soy cultivo, soy el olor a tierra fértil,
soy taino, soy moreno, soy blanco, soy ardor.
Soy producto de mis raíces, mi cultura y mi sabor.
¡Yo soy dominicano!