Poema: Deseos desde Nueva York

Deseos desde Nueva York
Por Juan Fernández

Conjugamos verbos en las nubes, en tiempos desconocidos,
   repletos de ilusiones y sueños que no cumplimos.
Somos esclavos de un futuro pluscuamperfecto,
   de lenguas que inventamos para poder subsistir en mundos sin respeto.
 
Pretendamos instituir metáforas de imágenes silentes,
   fusionamos en lágrimas y diptongos los deseos de voces
   encontradas en hiatos.
Estamos encadenados a nuestras limitaciones,
   por desconocer palabras sobreesdrújulas
   y vivir en un mundo de vocablos baratos.
 
Aun así, con todas las limitantes ingénitas de quienes somos,
   idealizamos todo, nos perdemos en los cuentos de una tierra lejana,
   donde las palmas son profesoras del descanso.
Dejamos de vivir por delirar en la vida que tendremos
   cuando podamos vivir en un lugar que ya no tenemos.
 
Hemos cambiado nuestra libertad por billetes,
   nuestra conciencia por algo, quizás, estable
   y el respeto por cuarenta horas semanales en las fábricas de tiempo.
Somos títeres de un sistema de frases
   que aprendemos a pronunciar entre dientes
   para descargar en otros los deseos suprimidos del silencio.
 
Emigramos porque no pudimos más, regresamos porque nunca nos fuimos.
Somos como pequeños barquitos
   encerrados en una transparente botella de cristal,
   rellena de falsificaciones de agua, cerámicas y arena. 
Flotamos entre dos mundos y al llegar a uno nos desvelamos por el regreso.
Somos un electrón en el átomo de la molécula más sencilla,
   cuando nacimos para ser reyes.
 
Generamos en dólares y contabilizamos en pesos,
   en cada caja enviamos nuestros deseos,
   acompañados de arroz y aceite, seguido de remesas.
Somos turistas en nuestro propio suelo.
Dejamos la comodidad de nuestro techo
   para por una semana disfrutar del paraíso
   de nuestras inmensas fantasías de regreso.
 
Algún día nos verán por lo que somos, quizás no hoy,
   ni mañana,
   pero algún día, quizás después que expiren mis tres minutos de gloria.
Mientras esté aquí, mientras por mi sangre corra ron de caña,
   miel de tabaco y plaquetas de bachata y perico ripiao,
   voy a caminar por esta tierra de extraños con la frente en alto,
   voy a demostrarles que somos la diferencia que queremos ver
   y que valemos la pena.
 
Yo no quiero ser superior a nadie, sólo pido que no me aplasten.
Piensa, edúcate, planifica, actívate políticamente y triunfa,
   aquí, allá, siempre.

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