Por Juan Fernández
Rumiar: (Según la Real Academia Española) Masticar por segunda vez, volviéndolo a la boca, el alimento que ya estuvo en el depósito que a este efecto tienen algunos animales.
Rumiar: (Según la observación humilde de un servidor) El acto de tomar un idea generada por otro, un ser pensante, por un ser no pensante, que la digiere, la “mastica” y luego la expulsa a un público no consciente del origen del pensamiento, muchas veces frente al mismo que la originó, acreditándosela como propia.
Es lamentable que hoy muchos de nuestros dirigentes, no todos, carecen de dos cualidades que hacen del ser humano un ser excepcional; primero, la capacidad de generar ideas, y segundo, la delicadeza de parafrasear constructivamente las ideas de otros.
El ser humano crece con simple acciones, al dar crédito no solo crecemos, sino que arrastramos con nosotros la fuente original del pensamiento y con el o ella nos llevamos la particularidad de la ideología y convertimos a este ser pensante en un aliado, un colaborador que pastará con nosotros sus propias ideas. En su esencia básica esta es la cualidad número uno de un gran líder; rodearse de aquellos que pueden ayuda a idealizar su misión y ejecutar su visión.
Nos hemos, erróneamente, creado la idea de que todos los políticos son líderes naturales, y ellos a su vez, también erróneamente, se lo han creído. Ambas son ideas dañinas para el crecimiento de una organización política; primero, destruye la formación básica de futuros adalides, que al ver entes mediocres en posiciones de mando (algunos, no todos) observaran sus debilidades y se sentirán defraudados por el comportamiento de estos energúmenos, segundo, como la cara de una organización política está reflejada en las fisonomías de dichos ineptos, le harán creer a las masas que la estructura carece de verdaderos baluartes a quienes seguir, y por último, estos sujetos que al creerse lo que no son aplastaran a todos aquellos que de una forma u otra amenacen su potencial de acción dentro de un escenario que no les pertenece.
Eventualmente un partido con una base fuerte, puede convertirse en uno que solo sirve para crear falsos pilares, individuos que carecen de espinas dorsales y por ende no poseen la sustancia que pueda nutrir y fomentar el crecimiento de sus entornos. Dichos individuos deben ser expulsados de la base para que no debiliten el fundamento que sostiene a los verdaderos líderes.
El rol que jugamos cada uno dentro de un ámbito político, ya sea como líderes, como asesores, como seguidores o simplemente como compañeritos de la base, es importante. Nunca debemos creernos tan grandes que se nos olvide que la parte mas importante de un partido es EL MIEMBRO.
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