Por Juan Fernández
En las sociedades complejas de hoy la lectura es una necesidad elemental, nos da la capacidad de explorar nuevas ideas. La lectura transciende el tiempo y la distancia…por ejemplo; yo estoy escribiendo este párrafo en un avión de Santiago a Nueva York el 24 de marzo del 2013 a las 10:26pm, pero lo más probable es que usted lo esté leyendo unos días después, sin embargo, por don de la lectura usted y yo estamos compartiendo este corto escrito en el mismo lugar y a la misma hora, la magia de la lectura nos unió, es como viajar en el tiempo.
¿Cuál es la peor parte? Ya 70% de los que iniciaron esta lectura no están leyendo este párrafo. Ese es el reto de las comunidades en crecimiento, buscar la forma de que nuestros ciudadanos lean por el placer de adquirir nueva información, por el goce de explorar lo desconocido, por el encanto de compartir con los demás.
Para el tercer párrafo ya el 80% se nos fue, usted y yo somos parte de un grupo privilegiado que puede mantener la paz mental para leer. Charles W. Elio decía que los libros son los amigos silentes que nos acompañan siempre, los mejores consejeros y los profesores más pacientes. Yo agrego que estos pueden convertirse en escape, en soluciones y en creadores de sueños.
Ya perdimos un 5% más. La lectura es, además, la herramienta número uno de la preparación a la acción, no existe nada más eficaz que escribir las ideas para convertirlas en acción, planes en hechos y sueños en realidades. La lógica es simple; Lee, Aprende, Haz y Logra. Esta es la base del crecimiento continuo, del desarrollo de las sociedades. Estos pasos son la esencia del progreso.
En la naturaleza existe un animal que en su forma primitiva es más inteligente que el hombre en su estado prehistórico; el pulpo. Este animal tiene una capacidad increíble de aprender, de cazar, de escapar, de predecir…pero su desperfecto es que nace solo y muere sin compartir su conocimiento. Son nómadas solitarios que no pueden aprender de nadie porque simplemente no hay nadie que les enseñe. La lectura es la forma como aprendemos de los demás, es como ganamos experiencia sin necesidad de vivir los tropiezos. La lectura, como forma de comunicación, nos permite absorber el conocimiento de toda una gama de expertos que ponen su discernimiento y experiencia a nuestra disposición. (Otro 5%, ya sólo quedamos 10% de los que iniciamos).
Al leer aprendemos más de nuestro propio idioma, y nos comunicaremos mejor, esto no requiere que oscilemos nuestros tímpanos, ni apartemos nuestras belfas, es tan sencillo que ni siquiera requiere que usemos nuestros fanales biológicos. En otras palabras, para leer no necesitamos ni oír, ni hablar, ni siquiera ver. Pero que rico es poder comunicar nuestras ideas con claridad. (Con este último párrafo perdimos otro 3%, pero usted y yo estamos aquí, ya casi terminamos, sino me quedo solo).
La lectura nos invita al silencio, y el silencio activa en nuestro cerebro conexiones neurológicas que nos permiten explorar las ideas más a fondo. Algunos dicen que el silencio es la voz de Dios, que sólo cuando estamos en silencio absoluto podemos escuchar nuestro corazón y con los latidos generamos una constante rítmica que nos induce al desprendimiento de las limitaciones. La lectura es una forma moderna de meditación práctica.
Las sociedades que no incentivan la lectura tienen que vender sus recursos a otros que han aprendido y se han especializado, este es el caso de nuestro país, que al carecer de especialistas en algunas áreas tenemos que dejar que otros vengan a explotar nuestros recursos. Es el precio que pagamos por la ignorancia, y el único remedio contra esta es la educación. Es la lectura es la herramienta principal para verdaderamente liberar las sociedades, es la que nos permite desarrollar la comunicación básica para crecer. Nuestra sociedad necesita de líderes capacitados, de hombres y mujeres entregados a una meta de crecimiento cultural, que nos ayuden a crear un futuro del que nos podamos sentir orgulloso. Pero ahora que son niños y jóvenes busquemos la forma de que lean, necesitamos más libros, o tabletas electrónicas y menos televisores.
En este punto ya sólo quedamos usted y yo, pero después de todo yo escribí este artículo para usted.
¿Cuál es la peor parte? Ya 70% de los que iniciaron esta lectura no están leyendo este párrafo. Ese es el reto de las comunidades en crecimiento, buscar la forma de que nuestros ciudadanos lean por el placer de adquirir nueva información, por el goce de explorar lo desconocido, por el encanto de compartir con los demás.
Para el tercer párrafo ya el 80% se nos fue, usted y yo somos parte de un grupo privilegiado que puede mantener la paz mental para leer. Charles W. Elio decía que los libros son los amigos silentes que nos acompañan siempre, los mejores consejeros y los profesores más pacientes. Yo agrego que estos pueden convertirse en escape, en soluciones y en creadores de sueños.
Ya perdimos un 5% más. La lectura es, además, la herramienta número uno de la preparación a la acción, no existe nada más eficaz que escribir las ideas para convertirlas en acción, planes en hechos y sueños en realidades. La lógica es simple; Lee, Aprende, Haz y Logra. Esta es la base del crecimiento continuo, del desarrollo de las sociedades. Estos pasos son la esencia del progreso.
En la naturaleza existe un animal que en su forma primitiva es más inteligente que el hombre en su estado prehistórico; el pulpo. Este animal tiene una capacidad increíble de aprender, de cazar, de escapar, de predecir…pero su desperfecto es que nace solo y muere sin compartir su conocimiento. Son nómadas solitarios que no pueden aprender de nadie porque simplemente no hay nadie que les enseñe. La lectura es la forma como aprendemos de los demás, es como ganamos experiencia sin necesidad de vivir los tropiezos. La lectura, como forma de comunicación, nos permite absorber el conocimiento de toda una gama de expertos que ponen su discernimiento y experiencia a nuestra disposición. (Otro 5%, ya sólo quedamos 10% de los que iniciamos).
Al leer aprendemos más de nuestro propio idioma, y nos comunicaremos mejor, esto no requiere que oscilemos nuestros tímpanos, ni apartemos nuestras belfas, es tan sencillo que ni siquiera requiere que usemos nuestros fanales biológicos. En otras palabras, para leer no necesitamos ni oír, ni hablar, ni siquiera ver. Pero que rico es poder comunicar nuestras ideas con claridad. (Con este último párrafo perdimos otro 3%, pero usted y yo estamos aquí, ya casi terminamos, sino me quedo solo).
La lectura nos invita al silencio, y el silencio activa en nuestro cerebro conexiones neurológicas que nos permiten explorar las ideas más a fondo. Algunos dicen que el silencio es la voz de Dios, que sólo cuando estamos en silencio absoluto podemos escuchar nuestro corazón y con los latidos generamos una constante rítmica que nos induce al desprendimiento de las limitaciones. La lectura es una forma moderna de meditación práctica.
Las sociedades que no incentivan la lectura tienen que vender sus recursos a otros que han aprendido y se han especializado, este es el caso de nuestro país, que al carecer de especialistas en algunas áreas tenemos que dejar que otros vengan a explotar nuestros recursos. Es el precio que pagamos por la ignorancia, y el único remedio contra esta es la educación. Es la lectura es la herramienta principal para verdaderamente liberar las sociedades, es la que nos permite desarrollar la comunicación básica para crecer. Nuestra sociedad necesita de líderes capacitados, de hombres y mujeres entregados a una meta de crecimiento cultural, que nos ayuden a crear un futuro del que nos podamos sentir orgulloso. Pero ahora que son niños y jóvenes busquemos la forma de que lean, necesitamos más libros, o tabletas electrónicas y menos televisores.
En este punto ya sólo quedamos usted y yo, pero después de todo yo escribí este artículo para usted.
Gracias por quedarse conmigo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario