Por Juan Fernández
Los equipos de trabajo son necesarios para lograr metas específicas; para fomentar el compañerismo; para generar entusiasmo común entre los integrantes; para brindar apoyo…esta lista puede ser casi infinita, hasta en la naturaleza las especies con propósitos en común se unen en coaliciones simbióticas que permiten alcanzar colofones con mayor facilidad.
Los equipos de trabajo más efectivos son los que determinan reglas claras de acción y comportamiento, pero además, cuando crean métodos de trabajo que les permiten crear tácticas y, con estas, estrategias, que les lleva a un triunfo seguro que pueda ser evaluado. Creando con esto una estrategia global que delimita las tácticas, las cuales demarcan las acciones, y en cada paso evaluando los resultados y creando mejoras a través de la crítica y auto-crítica. Esta es la esencia de un partido efectivo en el siglo XXI.
La fuerza generada por una coalición de este tipo se expresa en la solidaridad y el sentido de pertenencia al equipo que manifiestan sus integrantes. Mientras más estable es la coalición mayor será el compartimiento de valores, actitudes y normas de conducta comunes entre sus miembros.
El trabajo en equipo se traduce a un beneficio colectivo para todos los miembros involucrados. Nos trae más satisfacción, nos hace más sociables y nos permite crear mecanismos de respeto y colaboración con nuestros compañeros, los cuales fueran menos satisfactorios si el trabajo fuera individual.
En el ámbito laborar tanto como en la política, los individuos se unen en equipos que persiguen metas en común. Por lo general estos equipos se unen transitoriamente y algunos miembros se separan terminada la meta, esto es normal. En la política es vital mantener relaciones sanas con todos los miembros de todos los equipos de trabajo, pues estas coaliciones son mutantes y las metas de la organización pueden llevar a integrantes de varios equipos a unirse por el interés de una meta en común, esto es también lo normal y saludable.
No debemos permitir que los miembros de los diferentes equipos internos del partido caigan en confrontaciones innecesarias, ni disputas personales, esto genera una negatividad ambiental dentro de la organización y violenta la armonía vital que nos permitirá, en el futuro, trabajar unidos, todos, para llevar nuestros candidatos a las posiciones nacionales por la que tanto luchamos, ¡no podemos llegar tan bajo como para caernos a sillazos!
En conclusión, aunque el PLD en Nueva York es una seccional altamente unida, lo normal es que en nuestros congresos internos nos unamos en diversos equipos de trabajo para lograr metas en común con otros equipos que persiguen lo mismo, y creemos coaliciones sanas y fructíferas, pero todos debemos entender que, como partido político, la meta general es unirnos después del congreso para apoyar a los candidatos escogidos en sus nuevas funciones para mantener nuestro partido en la dirección del país.
Servimos a nuestro Partido porque nacimos para servir a nuestro pueblo.
Los equipos de trabajo más efectivos son los que determinan reglas claras de acción y comportamiento, pero además, cuando crean métodos de trabajo que les permiten crear tácticas y, con estas, estrategias, que les lleva a un triunfo seguro que pueda ser evaluado. Creando con esto una estrategia global que delimita las tácticas, las cuales demarcan las acciones, y en cada paso evaluando los resultados y creando mejoras a través de la crítica y auto-crítica. Esta es la esencia de un partido efectivo en el siglo XXI.
La fuerza generada por una coalición de este tipo se expresa en la solidaridad y el sentido de pertenencia al equipo que manifiestan sus integrantes. Mientras más estable es la coalición mayor será el compartimiento de valores, actitudes y normas de conducta comunes entre sus miembros.
El trabajo en equipo se traduce a un beneficio colectivo para todos los miembros involucrados. Nos trae más satisfacción, nos hace más sociables y nos permite crear mecanismos de respeto y colaboración con nuestros compañeros, los cuales fueran menos satisfactorios si el trabajo fuera individual.
En el ámbito laborar tanto como en la política, los individuos se unen en equipos que persiguen metas en común. Por lo general estos equipos se unen transitoriamente y algunos miembros se separan terminada la meta, esto es normal. En la política es vital mantener relaciones sanas con todos los miembros de todos los equipos de trabajo, pues estas coaliciones son mutantes y las metas de la organización pueden llevar a integrantes de varios equipos a unirse por el interés de una meta en común, esto es también lo normal y saludable.
No debemos permitir que los miembros de los diferentes equipos internos del partido caigan en confrontaciones innecesarias, ni disputas personales, esto genera una negatividad ambiental dentro de la organización y violenta la armonía vital que nos permitirá, en el futuro, trabajar unidos, todos, para llevar nuestros candidatos a las posiciones nacionales por la que tanto luchamos, ¡no podemos llegar tan bajo como para caernos a sillazos!
En conclusión, aunque el PLD en Nueva York es una seccional altamente unida, lo normal es que en nuestros congresos internos nos unamos en diversos equipos de trabajo para lograr metas en común con otros equipos que persiguen lo mismo, y creemos coaliciones sanas y fructíferas, pero todos debemos entender que, como partido político, la meta general es unirnos después del congreso para apoyar a los candidatos escogidos en sus nuevas funciones para mantener nuestro partido en la dirección del país.
Servimos a nuestro Partido porque nacimos para servir a nuestro pueblo.
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