Cuento - Mentir Fue Necesario

Juan Fernández | Diciembre 14, 2016

Mercedes llegó al aeropuerto en Nueva York sola y pérdida, no se imaginaba que la terminal fuera tan grande. Mientras caminada se enfocó en el sentimiento tibio que le causaba pensar en su amado, Eduardo, lamentó no verlo antes de partir, pero si no hubiese sido así no llega a tiempo.

Afuera la esperaba Claude, el hijo de Annette. la nana de su primo Pablo. Eran los seres más nobles que ella conocía, una familia ejemplar en cualquier país del mundo. Desde que Claude la vio le preguntó por su tía, Silvia, la esposa de su tío Jean Claude, el guachiman de las ruinas.

Mercedes pensó en contarle lo del ataque de epilepsia y la caída, pero pensó en el amor que le tenía el joven a su tía y decidió cambiar la historia. Claude era un joven muy delicado de salud, había nacido con un problema en el corazón y su tía lo había cuidado como a un hijo cuando a Annette le salieron los papeles para viajar. El amor entre ellos dos era legendario en todo Pueblo Viejo, y una de las razones por lo que todos habían aprendido sobre el amor familiar entre los haitianos.

Al montarse en el auto, Claude le pidió que se pusiera el cinturón, Mercedes pensó que no era normal, pues iba en el asiento trasero, pero Claude le explicó el riesgo que sería que fuera suelta y terminara convirtiéndose en un peligro para los demás si iba suelta.

- Mercedes, quiero presentarte una persona muy especial, se llama Amanda, es tu prima, y quiere ser economista, como tú. - dijo Claude en un español perfecto, pero con una mezcla de un acento francés e inglés a la vez.

Una jovencita hermosa le sonrió, en su cara pudo ver algunos rasgos muy familiares, se le acercó para darle un beso y entonces le vio su brazo izquierdo.

- Espera, tu eres la hija de mi primo Juan, el hijo de tía Annie, - dijo Mercedes, - tu papá y el mío eran mejores amigos cuando eran niños. ¿Qué te pasó en el brazo?

La pequeña llevaba una cura parecía una quemadura de tercer grado le quemó su bracito. Le contaron del incendio que había pasado y como Amanda había salvado la vida a muchos. Iban transitando por el "Van Wyck" cuando escucharon en la radio una noticia que dejó a Mercedes pasmada:

- Interrumpimos este programa para llevarles en vivo al lugar de los hechos, Gutiérrez, danos detalles. - dijo el locutor con una voz de un galán de novelas.

- Jim, tu vez, ¡por eso es que pasan las vainas! - Mercedes conocía esa voz, era José Gutiérrez, su cronista favorito, de Santiago, - la muerte a disparos que le propició la policía a un taxista y un mecánico en Baní, ha creado un enfrentamiento en ese pueblo, las injusticias no tienen límites. El alcalde de ese municipio es el primo hermano del nuevo alcalde de Pueblo Viejo, en La Vega, que se preparen nuestro vecinos de La Vega.

- José y dicen que todo ha sido organizado por dos jóvenes de allí, de Pueblo Viejo. - Afirmó el locutor.

Mercedes le pidió a Claude que detuviera el vehículo, la cabeza le daba vueltas, aunque ella votó por Hilaria para alcalde, Don Aldo había ganado y el futuro de su campo estaba en peligro, y ella a 1471 millas de su amado.

- Mercedes, lleguemos a mi casa, mamá me dijo que te llevara directo. - dijo Claude sin detenerse.

Mercedes sólo pensaba en sus primos, Pablo y Justina, de seguro que era ellos que se había ido a Baní. Justina le había dicho que iban a hacer algo, que lo de Don Aldo no podía agarrarlos sin estar preparados, pero no pensó nunca en esto. Su mirada se perdió en los rascacielos, el resto del viaje fue en completo silencio. Amanda se había movido al asiento de atrás, y después de ponerse el cinturón, se recostó del regalo de su prima.

Unos 30 minutos después, llegaron a Washington Heights. Annette la esperaba en el frente del edificio, abrigada de nariz a los pulgares, le contó que ahí, en la calle 135, había llegado la primera Coste que viajó a Nueva York, su tía Edita, la abuela de su primo Juan, pero que eso era parte de otra historia. Subieron a su apartamento y la sentó en la cocina. Claude y Amada siguieron con las maletas al cuarto donde viviría mientras estudiaba, era obvio que ya habían acordado todo.

- Licencia Mercedes María Coste Saviñón, debo iniciar diciéndole que estamos muy orgullosos de usted y sus logros, economista a los 22, magister a los 24, y ¿doctora a los 26? - dijo Annette con una sonrisa que le llenaba la boca,- estas son las últimas palabras que le hablo en español, a partir de mañana sólo inglés, el futuro de Pueblo Viejo depende de usted, el que estudia es el dueño del mundo. Usted puede vivir con nosotros sin pagar, ni un chile de palmita, mientras estudie. Don Aldo va a causar estragos, pero esperamos que personas como usted puedan enmendar lo que va a pasar en estos 4 años. ¡No nos falle!

Mercedes y Annette duraron horas en aquella cocina, en la mesa estaba el regalo que le guardó la nana, una colección de libros; Nietzsche, Descartes, Maquiavelo, Kant, Rousseau, Marx...El reto era leer 12 libros en el 2017, le explicó la nana. Sus temas eran interminables, Mercedes entendía porque la mamá de Pablo le confió la crianza de su hijo a aquella señora, era una líder a carta cabal. 

A las 3:00am Annette llevó a Mercedes a su cuarto, le agradeció el hecho de que no le dio detalles del accidente de su hermana a Claude, hubiese sido devastador, le explicó. Mercedes le dio un largo y cálido abrazo y le dijo al oído.

- Mentir fue necesario. - apagó la luz, cerró sus ojos y lloró.