Pensamiento - Te Fuiste Amigo

Juan Fernández 

Cada segundo es un amigo que se pierde en momentos disipados. Sostenemos el aliento tratando de detener el tiempo y quedamos grotescamente desmembrados en ridículo, los minutos malgastados por el viento de actos que se pierden en nuestros pensamientos preñados de fetos inertes.

Cada hora que dejamos que camine sola por los caminos recónditos de nuestros pueblos fantasmas de nuestras mentes ambulantes, no son más que lémures, temerosas de sus propias sombras, que caen inconscientes por el precipicio perpetuos de nuestras alucinaciones. Ciclos de lo mismo, ruedas que giran entre ruedas, que se pierden en el infinito.

Cada día que pasa va dejando su marca, pies de seda que dejan huellas en nuestras espaldas de arena, fósiles de intenciones que se quedan olvidadas en el manto eterno de la época de momento. Ideas que nunca nacen, tareas que no se hacen, proyectos que no germinan, programas que cavan sus propias tumbas, sistemas que se quedan flotando en las nubes de cielos que no existen.

Otro año que, como un manantial de pesadillas, se queda en las sábanas de nuestros delirios, cincuenta y dos semanas de vacaciones mentales, completamente improductivas, doce meses escalando montañas de enormes inquietudes, un segundo más que se pierden y como el humo se disipa. El tiempo es una constante que no duerme.

Te fuiste viejo amigo. Gracias por tus recuerdos.

El 2016 fue un año increíble en un calendario de incrédulos. El 2017 promete más, está en ti que no sea lo mismo.

¡Felicidades!

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