Cuento de Navidad 2016


La mañana del 24 de diciembre inició extraña para Martin y sus hermanos, Alberto, Henry y Checo. Tenían dos días sin dormir, la venta de los puercos había sido un éxito. Los cuatro guerreros tainos del siglo 21 se pasaron el tiempo en mucho trabajo y tomando Brugal Leyenda, un regalo de sus amigas, Sonia y Lilliam.

Durante las largas horas del 23 se rieron más que nunca, entre picar puerco, comerse unas carnitas y videos para los demás integrantes de su grupo de whatsapp, contaron cuentos de sus años en el colegio y las bromas sanas de su época. A las 12:00pm Martin recibió un mensaje que le dejó pasmado, su amigo Emilio, desde Nueva Jersey, le dijo que para el negocio iban dos diplomáticos dominicanos desde Nueva York, el vice cónsul, Francisco Nobles, y el ex embajador George Morrodel, dos peledeistas legendarios de esa urbe. Ambos estaban de cumpleaños y un amigo le recomendó el cerdo de la Alitas Picantes de Riki Martin.

Sonia y Perla llegaron para ayudarles a decorar el área antes de que llegaran los “dominican yorks”.  Un despectivo que con el pasar de las horas iba a desaparecer del vocablo de todos los que estuvieron esa tarde en el pequeño restaurante.

- Lo más probable es que lleguen con un séquito de babosos hablando de todo lo que tienen y de lo que van a conseguir cuando gane el PLD otra vez, - dijo Checo mientras montaba unas luces nuevas en el humilde establecimiento. – Yo soy miembro del partido, pero tenemos que retornar al boschismo…es lo único que nos salva.

- Bueno, que no vengan a joder, - respondió Martin, - aquí vendemos puerco asado, no pasadías en el paraíso.

- Tranquilos, están como dos viejas chismosas – dijo Sonia, - si Emilio les recomendó venir es porque son buenas personas. Al final en ese partido se educaba a los miembros como líderes, no como vividores. Esos hombres son de la vieja escuela de Juan Bosch. 

- No, eso no importa, lo importante es porque tienen cuarto y eso es lo que necesitamos, - refutó Henry – no tienen que ser buenas personas para comer puerco, si beben romo, y comen cueritos, son de los míos. 

Todos brotaron en carcajadas…

- Choco, Choco, mire…mire- vociferó la nietecita de Fátima, la vecina, que era vegetariana y odiaba el olor a carne de todos los días. Algunos decían que el viejo con que vivía se la quería llevar para otra ciudad, solo para no escucharla quejarse de las carnes de Martin, pero él, el vecino, era su cliente número 1.

Bajando por la Beler venía una carabana de jipetas y lambones, como nunca se habían visto en los Pepines.

- Coño, ¡pero ni que fuera el Papá! - dijo Alberto mientras llegaba la avanzada a inspeccionar el lugar, - ven acá, ¿pero estos tigres están locos?

- Cállense la boca que estos “tigres” vienen a hacernos la navidad. – dijo Sonia, poniendo el orden, Perla salió a encontrar la primera jipeta.

- Saludos, bienvenidos a las mejores Alitas de Santi…

- Señorita, perdone que le interrumpa, cuatro miembros del PLD de Nueva York, Charles McToy, Migdalina Echevara, George Morrodel y Francisco Nobles han venido acompañados de un invitado especial y queremos asegurarnos que no haya peligro en los alrededores. – dijo el coronel Frías.

- Perdóneme coronel, pero no sabíamos, que eran tan importantes…

- No es que lo sean, de por sí, ni siquiera el líder se considera así, – respondió el pulcro coronel. – Algunas personas del exterior dicen que ustedes hacen el mejor puerco del área, y hasta yo quiero un poquito, pero no se lo diga a nadie.

En unos minutos la calle era intransitable, las cuatro jipetas que llegaron estaban repletas de regalos para los niños del área; libros, útiles escolares, reglas y transportadores…todo lo básico para el estudiante de hoy, además una tarjeta de regalo de Librería Cuesta para comprar 12 libros en el año y un regalo especial al cumplir un año leyendo 12 libros, notificados a través de un correo electrónico especial del departamento de educación.

Los cuatro políticos de Nueva York entraron a la humilde casa, para sorpresa de todos, eran personas excelentes y calmados, no los arrogantes que se imaginaban los hermanos, eran producto de una crianza dominicana cementada en décadas trabajando en una comunidad de líderes de la diáspora dominicana. McToy era un profesional de la electrónica, Nobles, uno de los cumpleañeros, estaba asignado al área de visados especiales en el consulado, Morrodel, el más joven, y el otro cumpleañero, había sido embajador alterno por años, ahora trabajaba en un proyecto de liderazgo interno del PLD, y Migdelina, la subsecretaria de prensa, era la directora de una agrupación cultural en el Bronx.

- Gracias Señor Santos, usted no puede ni conjeturar el placer que nos da compartir con usted estas suculentas despensas, un puerquito navideño, así como no hemos consumido en los últimos años. – dijo el líder, mientras le pedía a Perla que le sirviera a los de seguridad y sus acompañantes primero. – Sería un placer para nosotros si el Señor Santos y sus hermanos nos acompañan.

Terminando de decir estas palabras se escuchó un disparo, la bala pasó a pulgadas de los 4 neuyorkinos y casi le da en la cabeza al líder, un enorme aparataje de seguridad entró en acción, el encargado de seguridad personal del líder, Alejandro, entró a protegerlo, fue cuando pudo ver el cuerpo de un hombre vestido de negro con un cuchillo en la mano, se había escondido detrás del arbolito de navidad.

- Líder, vamos a sacarlo de aquí… - dijo Alejandro, cubriendo el cuerpo de su empleador. En la azotea de un edificio comercial estaba su mejor franco tirador, Alberto Coste, un joven militar de campamento de La Vega, oriundo de Pueblo Viejo. Cuando Alberto estaba de turno, Alejandro respiraba tranquilo.

- Gracias Alejandro, por favor vengan conmigo, Martin, ¿Podemos usar su sala por unos minutos? – pidió el líder con la voz sutil que le caracterizaba.

- Claro, vamos. – Martin los dirigió a su salita, y se sentó junto al líder a escuchar.

- Compañeros, antes que nada, quisiera desearle al compañero Morrodel y a Nobles, un hermoso día, me he sentido orgulloso de compartir con ustedes todo el día de hoy, especialmente siendo sus cumpleaños, es una pena que concluyera de esta forma, pero son gajes del oficio.  – dijo el líder, - pero además, quisiera desearles a todos en este hogar las mejores navidades de sus vidas, a la joven Perla, quisiéramos desearle que continúe su recuperación, nos enteramos que recién sobrepasó una difícil operación y la vemos aquí, en pie de batalla. A las personas, en colectivo, como siempre, simplemente queremos para ellos lo mejor, para los compañeros y compañeras inseparables de Unión 86, nada, el universo es pequeño para todo lo que ustedes se merecen, para los hermanos y hermanas de Areito Político Cultural, ustedes saben que los amo, y para todo dominicanos y dominicana, donde quiera que se encuentren, que no olviden su patria, que la patria nunca se olvidará de ellos. 

¡Feliz Navidad!

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