El Pasar de los Años


Recuerdo, desde que tengo reminiscencia, mucho más allá de los años de mi inocencia, algunos ilustrados cismáticos, con gentileza, vociferaban, como maniáticos, a toda voz, que éramos, sin lugar a dudas, el futuro más consistente de la nación. Pero nada pasó.

Pasaron los años, y con ellos la puericia. Llegó, sin melodías, aplastando confines, la valiosa, admirada y obstinada juventud, entonces, clamaban, que de nosotros emanaba el brío para lograr los cambios y en unos cortos años erradicar la dependencia de tiempos de incoherencia, desorden y desconcierto. Pero nada pasó.

Entre remembranzas sutiles pasaron décadas y detrás del sudor de maquinarias o teclas, llegó la madurez, las tarjetas de créditos, los dolores de coyunturas y las proles, razones de vivir. Entonces dijeron que, sobre nuestros hombros, así, sin mucho asombro, descansaba el presente, (¿y no éramos el futuro?), pero que no debíamos parar de laborar, comer comida chatarra y tomar gaseosas para ser parte del sueño de la urbe podrida. Y así, sin mucho pasmo, nada pasó.

No recuerdo si en esos años escogimos, ayudamos a escoger, o escogieron por nosotros, sé que no nos escogieron, aun siendo el futuro, pasaron los años mozos, nos llamaron, el génesis de la nueva nación, ¡mentiras!, cicatrices de mil antojos, se nos secaron los sueños y se nos durmieron las penas, ahora la pantalla de un celular nos recuerda que somos arcaicos. Hoy sabemos que nada pasó.

Y repetimos el ciclo, somos el presente del futuro prometido en pasado casi perfecto, algo que estábamos supuestos a ser y no fuimos, no se cumplieron millares de promesas…y repetimos el ciclo en nuestros hijos, y aplastamos la juventud como si fueran sempiternos, hacemos las mismas vacías ofertas, cargadas de tantas perezas, y repetimos el ciclo de un millón de ofrendas. Y una vez más, nada pasó.

Ahora el bastón da la firmeza, a la izquierda el niño llora, el joven a la diestra, lleno de mugre se desespera, me pregunto cómo saldrá el futuro de la jaula de nuestras creadas miopes proposiciones de un futuro incierto. 

Paremos el ciclo; eduquemos, liberemos y confiemos. 

¡El futuro que nos prometieron es hoy! 

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