Se Nos Olvidó El Olvido

jbfernandez.com

Dedicado a Mi Profesor de la Vida

Se nos olvidó tomarnos el brebaje que le dieron de beber a los que querían controlar con palabras sin sentido. Pudimos verlos sin filtros, al desnudo, sus miradas sin razones, sin motivos, no nos decían nada, eran autómatas dirigidos, vacíos, programados en sus rutinas, carentes de principios y no pudieron ejecutar en nosotros sus aplicaciones del dominio. 

Se nos olvidó ponernos las vendas que nos entregaron en la puerta, se nos olvidó mientras leíamos los libros que muchos trataron de prohibirnos, quemaron miles de ellos, pero veintisiete letras, mezcladas en mágicos símbolos, nos dibujaron el camino. Millares de ideología, hoy casi perdidas, nos abrieron el corazón y pudimos ver los arcoíris, en el proceso nos abrieron las mentes.

Se nos olvido confesar nuestros pecados y nos acusaron de herejes, nos marcaron con una equis la frente, nos borraron de sus listas de reverentes y nos sacaron del rebaño, creaían hacernos daños, recogimos nuestras ideas, nuestras inquietudes y nos retiramos. Nuestras cabezas aún pegadas del cuello. Nos vociferaban que éramos locos por creernos capaces de pensar solos, nos creyeron incompetentes.

Se nos olvidó conformarnos con lo que nos enseñaban y lo poco que nos exigían, nuestras mentes no se alimentaba con sus pequeños segmentos de pan y agua, habíamos aprendido de Quijote a no conformarnos con nada y lanzamos piedras a los molinos de vientos de Campo de Criptana.

Se nos olvidó el olvido, hoy luchamos en silencio, con pluma o con espada, entendemos que el ataque a uno de nosotros es una declaración de guerra contra todos, al final somos soberanos. Aún leemos los libros que ya ni siquiera llegan a la imprenta, nos hemos convertido en reliquias en las mentes de los llevan el látigo y aún no nos aceptan, pero estamos aquí, en son de danzar nuestro haka, unidos, enfrentando los insultos y los castigos. Salimos de sus cuevas y no vamos a permitir sus restricciones, ni sus reglas. No somos confrontativos, simplemente se nos olvidó olvidar y recordamos seis mil años de historia que entre todos vivimos.

Se nos olvidó el olvido y sentimos, excusanos si no nos alineamos para sus mataderos de conciencias y reemplazo de pensamientos, como dije, somos soberanos, nos quedaremos con nuestro pedazo del cielo, aun sea solo media isla, moriremos con un libro en una mano y en la otra el escudo de la justicia por la que tantos lucharon.

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