Por Juan Fernández
Los
escandinavos tienen un proverbio que me encanta, dicen que “los tontos dejan de dormir
pensando en los problemas y se despiertan cansados y aturdidos y el problema
sigue ahí”, en la política, igual que en el día a día, muchas veces
gastamos nuestras energías en pensamientos y preocupaciones insensatas, en
situaciones, que muchas veces no tiene nada que ver con nosotros, y al final,
ni resolvemos el problema, ni terminamos nuestras propias responsabilidades. Acabamos
cansados, frustrados y nos sentimos fracasados. Creamos las condiciones de un
modelo de desilusión que nos marca en nuestras carreras y no nos deja cumplir nuestros
objetivos.
Pongamos
como ejemplo el caso de las campañas electorales, uso mi rol como encargado técnico
de mi partido y delegado ante la Junta Central Electoral en Nueva York, mi
responsabilidad es educar los equipos electorales en sus funciones operativas
del día “cero”, proporcionar la fluidez de los datos vitales para que los
equipos políticos puedan trabajar; reportes, padrones, captura de nuevas
informaciones. Además, asegurar que los procedimientos y propuestas de orden técnico-electorales
trabajen acorde con las necesidades de mi organización, siguiendo los
lineamientos de un plan estratégico de campaña que nos permita ganar nuestra demarcación
en las elecciones venideras.
Lo primero
es que estoy detalladamente al tanto de mis funciones, segundo, entiendo la
importancia de mi asignación, y por último, como un soldado de mi partido y
estudiante de los métodos Bochistas, hago lo que tengo que hacer, cuando debo
hacerlo, como debo hacerlo, enfocado en los resultados.
Podría
enfocar mí tiempo preocupándome por los problemas de otros departamentos, por
ejemplo; ¿Tenemos
suficiente dinero para correr la campaña? Ah, pero eso es un problema de finanzas. ¿Tenemos los
suficientes integrantes en el equipo para las nuevas cedulaciones? Ah, eso es
de electoral. ¿Tenemos
los uniformes necesarios para las jóvenes que organizan los eventos? Ah, eso es
protocolo.¿Tenemos los
espacios necesarios para celebrar los eventos? Ah, eso es operativo.
Pero todas estas inquietudes me
mantendría despierto por horas, y al final, quizás sea entretenido, pero ofendo la capacidad de los
encargados de esos departamentos y no me enfoco en mis responsabilidades, en las cosas que sólo yo puedo hacer. Es
posible que haga alguna sugerencia en una reunión, pero mi meta es el enfoque
en mis funciones.
Puedo, también,
gastar toda mi energía, y no lograr nada, pensado, discutiendo, filosofando en
tertulias interminables, sobre si es Danilo
quien debe correr, después de cambiar la Constitución, o es
Leonel, el mejor activo político de
nuestra organización. Esta línea de pensamiento no cambia mis funciones, pues
en mi caso haría el mismo trabajo, con la misma entrega, sin importar quien
corra para la posición. Al final, apoyo las aspiraciones de Leonel, pero soy, antes que nada,
100% peledeista, a carta cabal, y no creo en grupos que pretendan dividir mi
partido. A eso es que apuestan los adversarios.
Mi enfoque
es claro, haré lo que tenga que hacer para asegurar que mi partido siga
gobernando, porque es la mejor opción, porque garantiza la continuidad y el
progreso, porque, aunque mi país no es perfecto y tenemos mucho que resolver,
con el PLD he visto el avance y la estabilidad macro-económica para poder decir
que nos esperan tiempos mejores.
Yo soy sólo
una hormiga obrera en este gran hormiguero, pero estoy seguro que el grano que
yo aporto, con mis funciones cada día, nos hace más fuerte y nos llevará al
triunfo. No voy a perder mi sueño en problemas que no me permitan cumplir con
mis labores, al final, seré evaluado por ello.
La famosa
tenista Venus Williams dijo una vez: “Yo no me enfoco en el oponente, sino en
mis metas, ignorando todo lo demás”.
Planifica
con calma, has con determinación y enfoque, y el universo hará lo que debe
hacer para que se cumplan tus metas.
Hasta la
victoria compañeros.
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