En Mis Huesos
Por Juan Fernández
Se me termina el tornasol negro del esfero,
y el antracita gris del lápiz se me carcome,
y agonizo en pedazos podridos de puntos,
y retorno, sin querer, a la edad de la piedra,
se acaban los pliegos blancos, y el oxígeno,
y las agallas no me destilan los sentidos.
Se me suspenden en el aire los pensamientos
y no encuentro como disponer de las letras
para expresar claramente lo que siento,
y me desmayo en segmentos de comas,
y las manos se me revierten en tripas,
los ojos, como camaleones, me delirar,
y la boca se me sella, sin dejar cicatrices,
y dejo de oler, otra vez, el sabor del sonido.
Se me escapan, como lentas liebres, las ideas
y los ideales se me vuelven rutina caídas,
y me entierro en fragmentos de sangrías,
cubierto por completo de gusanos y lombrices,
se me van entre las raíces y la tierra los deseos,
y los oídos, que no apaciguan, se me cierran,
y las miradas frías de las manos son castigos.
Se me caen las alas y me ahogo en angustias,
mis pulmones, parlanchines, dejan de discutir,
y mi chiflado corazón ya no emana lava ardiente
de mis más recónditas atormentadas ilusiones,
y, sin muchas emociones, desaparezco en recortes.
¿Vivirán en otras mentes iluminadas mis anhelos
y mis deseos quedarán cubiertos en mirra y oro?
Soñaran despiertos en veladas mis sueños idos,
y respirará mi aurora su último respiro ciego
y desde el más allá haré del polvo de mis huesos
el mensaje eterno de nunca dejar de luchar.
Quizás, quien sabe, cada frase acabe en silencio
y las oraciones estridentes dejen de tener sentido
y los versos no los pueda completar, aun así...
buscaré la forma desde el cielo o el infierno de decirte:
"Continúa, no te detengas, eres astro de luz enardecido
en este infecundo cosmos de tinieblas”.
¡Piensa, analiza y, vive!
y agonizo en pedazos podridos de puntos,
y retorno, sin querer, a la edad de la piedra,
se acaban los pliegos blancos, y el oxígeno,
y las agallas no me destilan los sentidos.
Se me suspenden en el aire los pensamientos
y no encuentro como disponer de las letras
para expresar claramente lo que siento,
y me desmayo en segmentos de comas,
y las manos se me revierten en tripas,
los ojos, como camaleones, me delirar,
y la boca se me sella, sin dejar cicatrices,
y dejo de oler, otra vez, el sabor del sonido.
Se me escapan, como lentas liebres, las ideas
y los ideales se me vuelven rutina caídas,
y me entierro en fragmentos de sangrías,
cubierto por completo de gusanos y lombrices,
se me van entre las raíces y la tierra los deseos,
y los oídos, que no apaciguan, se me cierran,
y las miradas frías de las manos son castigos.
Se me caen las alas y me ahogo en angustias,
mis pulmones, parlanchines, dejan de discutir,
y mi chiflado corazón ya no emana lava ardiente
de mis más recónditas atormentadas ilusiones,
y, sin muchas emociones, desaparezco en recortes.
¿Vivirán en otras mentes iluminadas mis anhelos
y mis deseos quedarán cubiertos en mirra y oro?
Soñaran despiertos en veladas mis sueños idos,
y respirará mi aurora su último respiro ciego
y desde el más allá haré del polvo de mis huesos
el mensaje eterno de nunca dejar de luchar.
Quizás, quien sabe, cada frase acabe en silencio
y las oraciones estridentes dejen de tener sentido
y los versos no los pueda completar, aun así...
buscaré la forma desde el cielo o el infierno de decirte:
"Continúa, no te detengas, eres astro de luz enardecido
en este infecundo cosmos de tinieblas”.
¡Piensa, analiza y, vive!