Juan Fernández
jbfernandez.com
Nadie pensó que la invasión a Estados Unidos llegaría de la forma que estaba pasando, el presidente había hecho lo imposible para elevar un muro y los extranjeros entraron por la frontera de una forma muy fácil, en paz y sin visas.
Con unos cuantos dólares los ingleses le pagaban a los guardias, ¡malditos traidores!, estos los dejaban pasar sin necesidad de permisos, y se quedaban.
Cuando los primeros miles llegaron a Nueva York nadie les prestó atención, empezaron vendiendo frutas en las esquinas, y los americanos les compraban pastelitos, caramelos y palitos de coco, llenos de sonrisas.
Las inglesas pedían ayuda con sus hijos en las calles del Bronx y Queens, los gringos empezaron a quejarse de que los hospitales no antendian a los ciudadanos por atender las necesidades de los ingleses. Los presupuestos de la ciudad no podían soportar el crecimiento de esta comunidad.
Los americanos explicaban al mundo que eran demasiados para una sola ciudad. Los ingleses habían llegado a más de dos millones, antes de cerrar el 2018. El temor entre los ciudadanos americanos era que la invasión fuera organizada y que los colonizadores querían retornar la isla de Manhattan a como era antes de la independencia.
Se oían rumores de una invasión por el útero, cada inglesa llegaba embarazada o quedaba a los pocos meses de llegar.
Un profesor trataba de explicarle al mundo la historia bélica entre los dos pueblos, exponía que no era un asunto de país de origen, sino una historia de guerras, luchas y hasta masacres, los ingleses una vez degollaron cientos de americanos en un pueblo del norte.
Los americanos no podían olvidar el pasado y los rumores eran que los ingleses pensaban que la isla era de ellos. Decían que los ingleses educaban a sus hijos para odiar a los americanos, lo opuesto no era igual, los americanos resentian a los ingleses, pero no los odiaban, todo era por la horrible historia entre ellos, no simplemente por ser ingleses.
Según corría el 2019 el problema no disminuía, los americanos les pedían al presidente y a los candidatos de las próximas elecciones que buscaran una soluciones diplomática, algo organizado, soluciones permanentes.
Para empezar, no era necesario un muro, sino un plan migratorio funcional, mejor entrenamiento para el personal de frontera, mejor capacitado y más patriótico, quizás mejores salarios, para que no puedan ser sobornados.
Los Estados Unidos y el Reino Unido fueron países en conflictos, por años, en una ocasión uno fue la joya, la inspiración para la libertad de muchos en el mundo, pero los castigos impuestos por Francia por años destruyó la economía de la joven nación.
La solución está en educarnos; americanos, ingleses, dominicanos, haitianos, todos. Necesitamos un mundo mejor, uno donde podamos crear oportunidades para todas las naciones.
¡Vamos a dialogar!
¡Hoy!
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