por Juan Fernández
Recuérdame como un baile de amapolas,
colgando de un pensamiento,
guiado por el movimiento del viento entre tu pelo.
Recuérdame como las olas de un océano de sentimientos,
destilando malabares de gotas alcoholizadas
por cada uno de tus besos.
Recuérdame, por un segundo, como la bachata de la vida,
con pasos de agigantados de luz y vueltas
entre las nubes del cielo de tus sonrisas.
Y así, como el viento en tiempo de bolero,
recogeré cada uno de nuestros momentos
para convertirlos en la danza eterna
de las memorias rítmicas
de una vida repleta de vivencias inolvidables.
Tú, que revolteas tu falda para decirme que recuerdas,
yo, que me quito el sombrero para en un giro del merengue de mi tierra,
decirte que soy tu esclavo y que siempre, te recuerdo
en el tango que no duerme de la vida.
Recuérdame y baila.