Por Juan Fernández
En la política, como en la naturaleza, existen animales vertebrados e invertebrados. Algunos políticos son introvertidos y por su forma de ser pueden ser percibidos, erróneamente, como “blandos” y, quizás, otro error, como exánimes. La verdad es que los “espinazos” no se ven por fuera…los grandes líderes tienen la capacidad de hacer que los que lo rodean caminen con sus espaldas rectas, o sea, que adquieran una espina hasta sin querer.
Para muchos, este concepto, de políticos invertebrados, puede ser ofensivo, y créanme que eso está lejos de mi objetivo, el enfoque de mi escrito va más allá; quiero llamar la atención al hecho de que una de las capacidades menos notorias del liderazgo de generar respeto y honor por lo que hacemos.
Yo nací en el PLD, mi padre, José Fernández, es uno de los fundadores del PLD en NY, de los 23 que salieron de las filas del PRD para instaurar mi partido. Quizás uno de los miembros que más sufre los cambios que estamos viviendo, pues la herramienta concebida por Juan Bosch, aun no cumple con su cometido y está en peligro de remodelarse a una menos sólida y menos revolucionaria.
Cuando me integré por primera vez, como adulto, a este proyecto, en 1992, me senté con el Cro. José y evaluamos el método técnico empleado por los opositores del momento para robarle las elecciones al Profesor. Mi conclusión fue que el PLD pagó por su ignorancia técnica, y esa es la realidad de la política, bueno, y de la vida cotidiana, uno paga por sus errores.
Pero el error más grande que estamos cometiendo es el de seguir a líderes invertebrados, con Leonel Fernández y Danilo Medina, hemos visto cómo debe desempeñarse un liderazgo responsable en las altas esferas, pero muchas veces, aunque ellos tengan columnas vertebrales de acero, los que les siguen no, y eso ha creado debilidades en nuestros organismos que, al final, nos perjudican.
Yo creo en el proyecto de llevar a Leonel a la presidencia en el 2016, creo que es la mejor opción, si la Constitución permitiera que Danilo corra, entonces tendríamos que evaluar cuál es nuestra mejor opción, yo creo en ambos, pero creo más en mi Carta Magna, la respeto y creo que está vigente. No soy diputado ni senador, pero como dominicano le pido a mi partido que nos enfoquemos en nuestro mejor prospecto, Leonel.
Es tiempo de que nos paremos frente a un espejo y nos preguntemos si tenemos las espinas dorsales para tomar las decisiones que debemos en bien de nuestras metas en común, no es el individuo, es la organización, no es Danilo ni Leonel, es el PLD, la fuerza de ambos les llega por ser miembros respetados de mi partido. Es posible que el control del partido esté en sus manos, pero uno no quemas los barcos cuando cruza el rio, ni nos lo llevamos, lo dejamos para que otros puedan cruzar también.
Yo pienso en esos dos colosos compañeros del PLD y me pregunto, ¿y en mi esquina del planeta, donde yo incido, estoy haciendo lo que debo para que mi partido continué gobernando? ¿Ven mis conciudadanos que soy un político de respeto y que mi columna me mantiene con la frente en alto? ¿Soy digno de que mis familiares, amigos, vecinos y conocidos voten por mi partido porque yo les he demostrado que, aunque soy flexible para analizar, mi espina dorsal no me deja flaquear?
Salgamos de este conflicto fortalecidos, con nuestras cabezas en alto. Retractémonos, si es lo que debemos hacer, y apoyemos el proyecto que nos mantenga corriendo los destinos del País.
República Dominicana necesita políticos vertebrados, capaces de inspirarnos a ser mejor. El PLD tiene dos y estamos fabricando una docena más.
¡Hasta la Victoria Compañeros!
En la política, como en la naturaleza, existen animales vertebrados e invertebrados. Algunos políticos son introvertidos y por su forma de ser pueden ser percibidos, erróneamente, como “blandos” y, quizás, otro error, como exánimes. La verdad es que los “espinazos” no se ven por fuera…los grandes líderes tienen la capacidad de hacer que los que lo rodean caminen con sus espaldas rectas, o sea, que adquieran una espina hasta sin querer.
Para muchos, este concepto, de políticos invertebrados, puede ser ofensivo, y créanme que eso está lejos de mi objetivo, el enfoque de mi escrito va más allá; quiero llamar la atención al hecho de que una de las capacidades menos notorias del liderazgo de generar respeto y honor por lo que hacemos.
Yo nací en el PLD, mi padre, José Fernández, es uno de los fundadores del PLD en NY, de los 23 que salieron de las filas del PRD para instaurar mi partido. Quizás uno de los miembros que más sufre los cambios que estamos viviendo, pues la herramienta concebida por Juan Bosch, aun no cumple con su cometido y está en peligro de remodelarse a una menos sólida y menos revolucionaria.
Cuando me integré por primera vez, como adulto, a este proyecto, en 1992, me senté con el Cro. José y evaluamos el método técnico empleado por los opositores del momento para robarle las elecciones al Profesor. Mi conclusión fue que el PLD pagó por su ignorancia técnica, y esa es la realidad de la política, bueno, y de la vida cotidiana, uno paga por sus errores.
Pero el error más grande que estamos cometiendo es el de seguir a líderes invertebrados, con Leonel Fernández y Danilo Medina, hemos visto cómo debe desempeñarse un liderazgo responsable en las altas esferas, pero muchas veces, aunque ellos tengan columnas vertebrales de acero, los que les siguen no, y eso ha creado debilidades en nuestros organismos que, al final, nos perjudican.
Yo creo en el proyecto de llevar a Leonel a la presidencia en el 2016, creo que es la mejor opción, si la Constitución permitiera que Danilo corra, entonces tendríamos que evaluar cuál es nuestra mejor opción, yo creo en ambos, pero creo más en mi Carta Magna, la respeto y creo que está vigente. No soy diputado ni senador, pero como dominicano le pido a mi partido que nos enfoquemos en nuestro mejor prospecto, Leonel.
Es tiempo de que nos paremos frente a un espejo y nos preguntemos si tenemos las espinas dorsales para tomar las decisiones que debemos en bien de nuestras metas en común, no es el individuo, es la organización, no es Danilo ni Leonel, es el PLD, la fuerza de ambos les llega por ser miembros respetados de mi partido. Es posible que el control del partido esté en sus manos, pero uno no quemas los barcos cuando cruza el rio, ni nos lo llevamos, lo dejamos para que otros puedan cruzar también.
Yo pienso en esos dos colosos compañeros del PLD y me pregunto, ¿y en mi esquina del planeta, donde yo incido, estoy haciendo lo que debo para que mi partido continué gobernando? ¿Ven mis conciudadanos que soy un político de respeto y que mi columna me mantiene con la frente en alto? ¿Soy digno de que mis familiares, amigos, vecinos y conocidos voten por mi partido porque yo les he demostrado que, aunque soy flexible para analizar, mi espina dorsal no me deja flaquear?
Salgamos de este conflicto fortalecidos, con nuestras cabezas en alto. Retractémonos, si es lo que debemos hacer, y apoyemos el proyecto que nos mantenga corriendo los destinos del País.
República Dominicana necesita políticos vertebrados, capaces de inspirarnos a ser mejor. El PLD tiene dos y estamos fabricando una docena más.
¡Hasta la Victoria Compañeros!